Lasaña de salvar el mundo

Ayer cenábamos las chicas en mi casa.
He de decir que las tengo bien alimentadas, las cosas como son.
Ahí estaban 4 señoritas del arte, con 4 destinos distantes y pocas perspectivas de cosas claras o algo en orden. Criticábamos (porque al fin y al cabo lo nuestro es la teoría) el absentismo cultural, la falta de compromiso, de romanticismo y de ganas que hemos visto y vemos en Madrid. Y parece que la cosa no acaba en la capital.
En referencia a algo que habíamos leído, observamos tristemente como algunos se quedan solos al intentar hacer algo distinto, más dinámico, abierto...tu sabes, openminded.
Y es que es triste ver que en Madrid al fin y al cabo hay 4 galerías como Dios manda y el resto son casi tiendas. Una pena que cualquier esfuerzo para atraer a la gente le resulte a aquellos que forman lo que Proust -o Mme. Verdurin- llamaría "el cogollito", un esfuerzo épico.
Pero qué penita. Hablanado de cómo se queda la carrera con la reforma en casa de otra de nosotras, lo vimos claro. Se llevan la mitad de lo que es útil y esperan que con una formación de cursillo CCC la gente no solo se forme, que ya es pedir, si no que SEPA realmente lo que está estudiando.
Vale que Historia del Arte no está considerada la carrera del momento, pero macho...un respeto.
Pero la clave al final, no era esa, si no...vale, si algún día llegamos a hacer ALGO, llegaremos también a ese punto de desinterés? Y me asusté al casi oirme decir: "no es que vayamos a llegar a ese punto con el tiempo, es que o asumes esa dinámica, o vete olvidando de hacer ese Algo".
¿Dónde está la unión entre artistas, la de críticos, el respaldo real de las editoriales? Un poquito de piña señores...quién lo iba a decir, pero a veces parece (salvando las distancias) que hace falta un toque de corporativismo, pero que abarque a todos, incluso a los cuatro de siempre.
A esos también les dejamos jugar.