A veces me ocurre una cosa curiosa.
Yo prefiero el autobús mil veces al metro, pero mil!
Porque siempre viaja la gente mayor, que va sin prisas, y puedes mirar por las ventanas, y no al suelo.
Y siempre cuentan cosas sobre cómo era antes la ciudad.
Al pasar por Atocha ha dicho ella "si nosotros conocíamos bien a los del Brillante, te quedas en la gloria allí. Él puso el bar aquí porque su tío tenía un local, pero el primero estaba en cuatro caminos, y ese era el Diamante, y ya los demás que abrieron se llamaban Brillante" Fíjate tú.
Me gusta saber esas cosillas, y enterarte de que las ciudades y los pueblos en su día, tuvieron también sus historias.
Mi casa es un horno...complejo de pollo en salsa.
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