Por lo visto es lo que hay.
Hablar de eso, queda demostrado, no es la solución. Así que hagamos un repaso.
Granada está bonita la verdad, piscina, sol y todo eso, pero como estoy jodidamente resfriada, cunde poco. La putadita es que esta ciudad ya no es solo mía.
Debido a la ingente cantidad de cosas que tengo que hacer ahora, me veo un pelín saturada, pero la realidad es que al día en verano siempre le han sobrado horas, y esta vez le sobran mucho más que horas. Hay que encontrar un buena opción de trabajo, mudarse a pulso, ver a un montón de gente, sacarse el bendito carnet, ir al médico, ahorrar y salir de aquí a carajo sacao.
Me tengo que curar el resfriado.
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