Madre mía.
Estoy con un resfriado de estos que te tocan las narices(nunca mejor dicho), pero ayer, harta de estar en casa decidí salir.
Me llama Sara: "Concierto gratis de jazz en el círculo de bellas artes"
Yo: "Eres mi chica esta noche, muñeca"
Allá que nos fuimos. Dice de ponerse a llover, nosotras por fin nos encontramos y damos con las otras dos...vaya planazo, una portuguesa, una francesa, una israelí y yo que a saber. Entramos, joder qué momento de cultura señores.
Llegamos a la sala, nos sentamos, y en el escenario una mesa, un ordenador, 2 micrófonos, una botella de agua y un saxo aparcado...bueno.
Bajan las luces, la gente se calla, y comienza el amigo. Mi capacidad narrativa no da para expresar el momento. El tipo comienza a hacer sonidos istriónicos con el saxo, toca teclas del ordenador y se repiten constantemente ruidos que no asocio a nada parecido a un instrumento. Repite un par de veces una frase que gracias a una aplicación informática se hace eco eterno...la gente se mira, algunos se levantan y se van, yo miro a Sara, miro a Marina, abrimos los ojos...los chicos de detrás flipan. Nadie entiende nada. Creo que hubo un par de canciones que no aplaudió nadie, no por nada, si no porque no sabíamos cuando acababa una y empezaba otra (en una de ellas nos dió una pista y al acabar bebió agua). Para la 5ª (supongo) se había ido la mitad de la gente, a mi casi me daba la risa según con qué ruido, y me sentí una inculta. Me sentí como la gente esa que viene a la galería o va al museo y dice "qué feo, qué es esto? esto es arte?" una piensa "qué dolor de tí". Pero si, no me entraba en la cabeza.
Santiago de la Torre: Otras músicas. Por si a alguien le interesa o quiere huir.
Ahí estábamos. Una de historia del arte, y dos de organización de cultura, en teoría muy abiertas de mente todas, escurriéndonos en la oscuridad y largándonos de allí cual perras desilustradas. No podíamos más.
Hubo que ir a comer un kebab. Luego la noche pintaba bien, tribunal y volver a huertas a uno de mis grandes descubrimientos en lo que a materia de locales se refiere...pero de esto que tu cabecita te dice: "Andrea, como te la agarres hoy otra vez y mañana estés muriendo te vas a acordar". Así que esta que está aquí volvió a su casa, chachareó con su compañera de piso, leyó un poco y se quedó sopistán.
A veces mi simplicidad me asusta. ¿Significará algo en mi carrera en el mundo del arte contemporáneo (muy) que no fuera capaz de seguir oyendo lo que hacía Santiago de la Torre? ¿Será un vaticinio? ¿O simplemente al chaval, como dijo Sara, se le ha ido la olla?.
Alguna disculpa sonó después en plan: "No hombre, es que esta música no es para escucharla sentado en una sala a oscuras, es para hacer algo más y tal"...y se oye al momento "si, para hacer algo que no te deje oirla".
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