Ayer escribí esto pero no lo pude colgar:
Soy extremadamente feliz cuando voy en avión.
Ayer lo estaba pensando. Ayer...vaya día. Una se mete en el arte contemporáneo buscando otro sabor, algo nuevo, abres la mente, los ojos y las entendederas, y ves quien compra, y quien vende y piensas que esto está vivo...pero ayer...que desilusión, el arte, la vida, todo se fue ayer pal carajo.
La sensación de tristeza, de ver que hay quien que puede permitírselo, y que puede rodearse de gente que se lo puede explicar, y le puede abrir un nuevo campo de visión, y no...la gente se cierra, se encabezona, y en mi opinión se auto humilla.
Volví de pijolandia pensando de nuevo si era esto lo que yo quería par el resto de mi vida. Y mira que aquí estoy mucho más contenta que en NY, donde va a parar.
La posibilidad de seguir en la Universidad no es tan mala tampoco, pero si más dura. En cambio siento que en la galería hay ratos tan tediosos que si las paredes no fueran lisas me pondría a contar el gotelé.
Mientras escribo esto ha venido la chica que trae el correo todos los días. Siempre super sonriente, muy agradable, hay gente q no sabes si te alegra el dia con su buen rollo o te lo jode haciéndote ver que tu a las 10.30 de la mañana no tienes ni la mitad de sonrisa en la cara.
Espero que esto último se deba solo al sueño que tengo.
Ayer quedé -por lo visto- simultáneamente con Javi y con Eleno. Yo quedé con ella y se encontraron justo después x la calle. Al parecer nuestro plan era el mismo, al menos en apariencia: ir a la filmoteca.
La realidad es que Eleno y yo queríamos pagar lo mínimo, y los chicos querían ver la película. Ognuno per se. Con Klaus kinski.
Un espaguetti-western suuuuuper chungo con este actor que como Les decía "lo reconoceréis porque tiene cara de haber matado a sus hijos sin ningún problema".
¿Cual es el encanto de la filmoteca a parte de su precio? Que también ponen películas actuales, pero tienes que estar al loro para comprar las entradas, y que a veces te encuentras verdaderas joyas.
Esta vez la cosa era de risa, se cortaba, se quemó la película, se paraba y no digo nada de la peli en si...el selecto casting gay te hacia partirte de risa a la mínima, todo como muy serie B, qué más le vas a pedir a le época?. Pues con las risas llegaron los problemas.
El viejo Sam, que acababa de encontrar una mina de puta madre y que su socio le dejó tiradísimo, se cruza el desierto que el pobre hombre no puede más con su vida y sus caballos. Llega al río por fin, se mete en el agua, y conforme se gira aparecen 3 muertos de hambre que le meten una paliza y se llevan todo. Y Eleno me comentó bajito: "Este hombre está teniendo lo que se dice un mal día". Claro, nos entró la risa, pero bajita, en plan "jijiji", bueno pues se gira un capullo argentino y bastante amanerado y a voz en cuello nos grita : "no eh? así no, si les parece cómica para mi no lo es, el cine es grande así que váyanse para atrás". Ele y yo a cuadros...¿qué?. La gente le mandó a callar, y durante el resto de la película todo el mundo estaba a carcajada viva con cada plano.
Vamos, que no se había encendido las luces y el hombre ya había salido corriendo.
Aitor decía que es que este tío seguramente salía en la película. El caso es que el hombre no me cogió en el mejor día para ser impertinente, no me cogió.
Igualmente, si podéis, id a verla, no tiene desperdicio.
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