En realidad estoy un pelín nerviosa.
Mañana comienzo en la galeria y bueno, a parte de mis desajustes económicos (fruto de una mala inversión que hice a primeros de mes y de la que no hago más que maldecirme y cagarme en la tecnología), y de los temores ante el nuevo proyecto, me pregunto si estaré haciendo bien las cosas.
Voy a volver a trabajar de gratis, de nuevo, en un sitio muy bueno, sí, pero no sé si estoy cuadrando bien todo lo que quiero hacer o estoy mezclando churras con merinas y cuando quiera darme cuenta habré empezado todo y no habré terminado nada.
Por lo pronto el carnet. NO debo dejarlo pasar, porque si no, mis esfuerzos estivales habrán sido en vano.
Por otro lado, el trabajo dirigido, o me pongo las pilas o muero.
El baile, las clases, el otro baile...y al margen de eso mi vida social, que por cierto, me gusta tenerla, llamadme rara.
Generalmente, por esta época yo sé que algo por el camino se va a quedar, como esta gente que empieza las colecciones que en Septiembre abarrotan los kioskos. El problema es que esta vez es todo demasiado importante.
A parte de eso no puedo dejar frotarme el ojo.
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