16 feb 2010

Una nota que no se me puede olvidar y una curiosidad que me pica.

Acabo de terminar el post de ARCO, pero en realidad hay dos cosas que llevo varios dias en la punta de los dedos para contar.
He pensado en separarlas, por respeto, pero luego he pensado que dado la naturaleza del personaje, su esencia y sus ánimos siempre de entrar en el diálogo hasta de lo absurdo, voy a mantenerlos juntos, aunque en principio no tengan nada que ver más allá del arte.

Primero quería comentar el homenaje a Juan Antonio Ramírez (JAR) en el CCCB hace dos semanas. Diré que la sala estaba bastante vacía a diferencia de lo llenísima que estuvo en Madrid (era de esperar), y que las conferencias, exceptuando las dos del final, no me dijeron mucho,y ya era difícil.
Ramírez me dió clase de Vanguardias y fue una de las personas que me dijo vete a NY en su día. Un personaje en sí mismo, es más, varios personajes, varias firmas, varios temas.
Se presentaba la página web en la que tanto entusiasmo puso y a la que ha puesto firma uno de sus becarios (Guillermo García), que supo leer esas ganas del profesor y respetar su voluntad.
Para todas nosotras, fue una marca de diferencia en el camino. Elisa y yo hablábamos después en mi casa de cuantos de los profesores que han pasado mañanas y tardes han supuesto una diferencia positiva, y no son mucho.
Ya un día, hace mucho, al principio de este blog hablé de esto y de algunos de ellos (otros como Urrutia vinieron más tarde), no me voy a repetir.
Ramírez ha dejado un grandísimo legado escrito y artístico a su modo, en el que sin duda se reconoce su trazo, todos los que hemos pasado por sus manos sentimos una inyección de energías y de ganas de saber, un regusto a Arte con mayúsculas.

Por otro lado, pasa algo curioso: Hace mucho también, escribí en el otro blog (abandonado no, abandonadísimo) sobre monos. Creo que es el animal que más he visto representado en arte en los últimos dos años. Ni perros ni gatos ni loros. Monos.
En ese enlace podéis leer lo que vi en Black&White-Chelsea y en Schroeder Romero. Pero es que el Pilar Parra también ví monos, y ahora, me di cuenta hace poco, que el mes pasado tuve delante mía 3 días en semana una obra de un montón de monos.
Contado así puede parecer una crítica, o algo superficial. Para nada quiero comparar lo anterior con esto, como he dicho son temas independientes. Solo me parece curioso.
He visto monos pintados con ceras, con spray, al óleo, a la acuarela, y monos pintados con bolígrafos BIC negro y rojo.
¿No es acaso esto curioso? Cada uno era venía a raíz de un tema distinto: un libro, la denuncia del uso de animales para experimentación de medicamentos o cosméticos, la representación de una pesadilla, y luego estaban estos monitos en forma de mosaico.
He visto monos por la calle, y vi monos el otro día en el MACBA.
Repito, no es una crítica, es una curiosidad.

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