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4 may 2014

Exposiciones

Ramiro Chaves en la galería Yautepec (México) del 20 de Marzo al 24 de Abril.
"La loma del orto".




23 abr 2014

De un tiempo a esta parte

Ayer alguien me dijo que aún seguía mi blog, pero que ya no escribo nada. Hace casi un año que parece ser que no tengo nada que contar o al menos que no me apetece contar nada.
Hace un tiempo, este blog era un pequeño rincón dónde dejaba algunas de las palabras que escribía cada día, escribía para mí, escribía por trabajo, escribía aquí y escribí emails inmensos a mis amigos lejanos.
No se si se me han quitado las ganas, si he perdido la capacidad o es que simplemente se me ha apagado la luz.
Estuve deseando que el 2013 se terminara. No es que estos 4 primeros meses del 2014 hayan sido un baño de creatividad, paz y alegría, pero por ahora cruzo los dedos y toco madera para alejar catástrofes mayores y disfruto de las pequeñas cosas que hacen que estos meses sean mejores que los anteriores.
Lo que sí hago (pero no lo escribo) es echar mucho de menos el arte, los espacios, los temas, la observación, el respeto...
No idealicemos, trabajar en arte (en galerías concretamente) implica trabajar para más de un personaje que pagaría por no volver a verle la cara en mi vida. Pero el trabajo, el trabajo en sí...qué delicia. Verdaderamente qué delicia.
Ahora miro cuadros, revistas, espío en la red, envidio en las noticias y en las redes sociales, y así voy callando el hambre. Cuando me cruje busco una obra y la miro un ratito.
Creo que es eso por lo que no escribo, porque cuando lo dices, cruje más fuerte.
Tampoco hablo mucho de arte, me lo he quedado dentro y como digo, lo hago a escondidas, como un amante, como un secreto, con amor, con vicio.

18 jul 2012

No moleste


Foto de escapist

En el mundo del arte hay tantísimos proyectos vacíos que da hasta miedo.
Proyectos que desde fuera parecen hasta interesantes y que cuando has trabajado dentro o tienes un compañero metido en ellos y te cuenta las tripas te dan ganas de morirte.
En una ocasión, una persona con la que trabajé me dijo que así eran todas las empresas, y tonta de mí, le creí.
Afortunadamente he podido constatar que no es cierto, y que de hecho se gana muchísimo, pero muchísimo más dinero haciendo las cosas bien.
Lo cual me hace pensar, que hasta el que va de empresario culto-mecenas en este país es un gitano. Porque así somos, o mejor, así semos.
Un factor común de muchas de las galerías, centros de arte, fundaciones, salas de exposiciones y demás y demás, que conozco de manera directa o indirecta, es que a la cabeza está mucha gente que yo calificaría no como mala o avariciosa, si no como obtusa. Te encuentras en ocasiones equipos internos de gente con ganas, joven, formada y con necesidad de aprender, y que su mejor opción es meterse en un sitio que suena muy bien y las paredes son muy blancas, pero que están dirigidos en ocasiones por gente muy muy ignorante. Gente que escucha campanas y no sabe de donde vienen, leen artículos a medias, brincan entre blogs y atan cabos nada más que regular. Y con todo eso hacen un discurso que a duras penas se sostiene, que repiten hasta la saciedad, y que además está mal redactado.
Con esto no quiero decir que sea una regla que se cumpla siempre, y no puedo decir que todos, ni la mayoría de los sitios donde he trabajado fuera así. He tenido la suerte de estar con gente muy profesional, que llevaba muchos años, y que con sus dificultades y sus virtudes, me han enseñado mucho.
El problema para mí es que mueren y renacen mil proyectos muy cojos, muy inútiles y en el fondo ligeramente peligrosos para el arte contemporáneo, y que dificultan seriamente el trabajo de profesionales del sector que conocen y aman su labor.
Yo no soy tan tonta como para dar nombres, pero estoy segura de que a mucha gente que por H o por B conoce el mundo del arte contemporáneo sí que se le ocurren algunos.
Al fin y al cabo, lo que yo vengo es a pedir una cosa: Por favor, no moleste.