18 jul 2012

No moleste


Foto de escapist

En el mundo del arte hay tantísimos proyectos vacíos que da hasta miedo.
Proyectos que desde fuera parecen hasta interesantes y que cuando has trabajado dentro o tienes un compañero metido en ellos y te cuenta las tripas te dan ganas de morirte.
En una ocasión, una persona con la que trabajé me dijo que así eran todas las empresas, y tonta de mí, le creí.
Afortunadamente he podido constatar que no es cierto, y que de hecho se gana muchísimo, pero muchísimo más dinero haciendo las cosas bien.
Lo cual me hace pensar, que hasta el que va de empresario culto-mecenas en este país es un gitano. Porque así somos, o mejor, así semos.
Un factor común de muchas de las galerías, centros de arte, fundaciones, salas de exposiciones y demás y demás, que conozco de manera directa o indirecta, es que a la cabeza está mucha gente que yo calificaría no como mala o avariciosa, si no como obtusa. Te encuentras en ocasiones equipos internos de gente con ganas, joven, formada y con necesidad de aprender, y que su mejor opción es meterse en un sitio que suena muy bien y las paredes son muy blancas, pero que están dirigidos en ocasiones por gente muy muy ignorante. Gente que escucha campanas y no sabe de donde vienen, leen artículos a medias, brincan entre blogs y atan cabos nada más que regular. Y con todo eso hacen un discurso que a duras penas se sostiene, que repiten hasta la saciedad, y que además está mal redactado.
Con esto no quiero decir que sea una regla que se cumpla siempre, y no puedo decir que todos, ni la mayoría de los sitios donde he trabajado fuera así. He tenido la suerte de estar con gente muy profesional, que llevaba muchos años, y que con sus dificultades y sus virtudes, me han enseñado mucho.
El problema para mí es que mueren y renacen mil proyectos muy cojos, muy inútiles y en el fondo ligeramente peligrosos para el arte contemporáneo, y que dificultan seriamente el trabajo de profesionales del sector que conocen y aman su labor.
Yo no soy tan tonta como para dar nombres, pero estoy segura de que a mucha gente que por H o por B conoce el mundo del arte contemporáneo sí que se le ocurren algunos.
Al fin y al cabo, lo que yo vengo es a pedir una cosa: Por favor, no moleste.

No hay comentarios: