11 ago 2008

Declaración de Independencia, no memorials, please

Venga...coño.
Se aprende a palos, o a palos literales, y juntas odio, y rabia y malas palabras, y no se muere nadie del todo, pero se pudre la gente por dentro.
Se hacen promesas, se jura y se perjura, y luego se tachan las cruces y se habla con rencor, o lo que es peor, con indiferencia.
A veces no, a veces no tienes nada malo que llevarte a la boca de la gente que dejas atrás, pero cuando lo tienes...ay mamita! que nos pille confesaos
Por lo tanto este es el punto de no retorno, en el que no se cruzan las miradas ni las palabras, la sentencia de muerte está firmada, y aunque siempre habrá un obstáculo más, algo que no recordabas que te hará daño, te hará más fuerte.
La verdad es que creo que el esfuerzo merece poco la pena si es contra un muro, si somos un muro, si no damos a más. Intentar ser adultos, superar las cosas y normalizar las situaciones, no tiene sentido, porque cuando ves que a tu esfuerzo, o al del otro, no hay respuesta, el daño es mayor y las consecuencias cada vez más gordas, y el final del odio, de esa palabra tan fea, y tan antigua como el amor, queda más y más lejos.
Vendrá más gente, y lo de ayer se quedará bajo el resto de la arena del reloj. Lo aprendido no te lo quita nadie, eso ya lo sabemos de otras veces, no?
Del recuerdo no se vive, pero la realidad es que al final, lo que te queda es eso solo, el final. Y sí: no se me podía ocurrir uno peor.

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