17 ago 2008

Por amor al Arte.

Volvía a Garnata en bus el otro día. Me senté al lado de una chica que comenzó a conversar conmigo hasta el final del viaje.
Alicia, que así se llamaba y que me dijo su nombre justo al llegar, había estado en Seatle estudiando, y hacía prácticas en Madrid.
Comenzamos porque nos tocó el conductor de autobús más cachondo del mundo, se agarró al micrófono y nos dió una charla sobre seguridad, que nos dió pié para hablar de todo lo divino y lo humano.
Sí, es curioso como uno consigue hablar con soltura con gente que no conoce de nada y probablemente no volverá a ver.
Los temas fluían, y comenzamos a hablar de viajes hasta que terminamos en lo personal. Por Despeñaperros comenzó a preguntarme por mi carrera. Ella era de teleco, tras una respuesta me venía otra pregunta.
Yo, que me desanimé con la carrera en estos últimos meses cuando vi el negocio donde me metía y el estado tan tan decadente de la Universidad, respondiendo a mi compañera de asiento me respondí a mí. Y no seré peliculera, no vi la luz a al final del túnel ni nada de eso, pero oyéndome contarlo comprendí un poco todo, como me lleva pasando últimamente.
La realidad es esa, contándomelo oí la historia desde fuera, mi explicación contenía "bueno, esto era lo que pensaba yo antes de ir a NY, pero las cosas han dado muchas vueltas...no sé, ya no lo veo igual", pero al terminar pensé que lo volvía a ver un poco de ese modo.
Cierto, mi carrera está llena de subnormales, de falsos, de gente deseando hacer dinero o de no hacer nada y quedarse tranquilito en su despacho. La Universidad está REPLETA de gente mal evaluada, de profesores pasivos, que no tienen ni idea ni les interesa tenerla porque ya tienen su plaza, y si desgraciadamente un profesor es inamovible, un estudiante estúpido ni te cuento.
Y en la otra mano...un puñado de pijos con dinero comprando obras con su sueldito de apellido y un montón de gente que le encanta divagar no para llegar a nada ante la obra, si no para que le oiga el de al lado.
En fin, las posibilidades son feas (ni sacar quiero lo de ser profesora de instituto, ya sabéis mi teoría: recuerdo demasiado bien aquella época, y éramos unos hijos de puta), pero renació el recuerdo de porqué estaba ahí, y mira, me gusta mi carrera.

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